Por Héctor Cantú
No todos los jugadores ingleses estuvieron a la altura de una final
La selección inglesa comandada por Gareth Southgate sufrió su segundo descalabro consecutivo en una final de la Eurocopa.
En esta ocasión fue España la que se impuso por 2-1, confirmando con el título lo que construyó sobre el terreno de juego tras haberse convertido en el mejor equipo del torneo sobre la cancha.
Inglaterra volvió a vivir de cerca un declive en su estructura futbolística, misma que quedó de manifiesto en los últimos 90 minutos del torneo.
Y como sucedió en los partidos anteriores, tanto de la fase de grupos como de eliminación directa, hubo jugadores que no estuvieron a la altura del torneo y de las exigencias de una competición internacional.
En la final, uno de los principales señalados fue el delantero Harry Kane, quien a pesar de haber sido uno de los goleadores del torneo, no pudo hacer un buen trabajo ante España al haberse marchado los 60 minutos sin un solo disparo al arco.
Kane tocó solamente 13 veces la pelota en las que solo consiguió dar cinco pases correctos de 10 intentados.
Otro de los jugadores que estuvo por debajo de las expectativas fue Kobbie Mainoo, quien tampoco terminó el encuentro al ser sustituido por Cole Palmer.
Mainoo completó solamente el 70 por ciento de sus pases de manera efectiva y apenas ganó dos de los cuatro duelos contra sus rivales en turno.
Finalmente, Marc Guéi también entró en la lista de reprobados. A él le ganaron la espalda en el primer gol de España y solo logró bloquear un disparo del equipo contrario.
Ahora, el técnico inglés Gareth Southgate, no tiene claro si seguirá en el banquillo de las Rosas después de este nuevo estrepitoso traspié.