Por Héctor Cantú
El equipo de la Florida está prácticamente eliminados
El Inter Miami dictó su sentencia en la eliminatoria de los cuartos de final ante Rayados de Monterrey gracias a tres errores puntuales que dieron al traste al plan diseñado por Gerardo ‘Tata’ Martino y su equipo de trabajo.
La derrota por 2-1 de locales les deja prácticamente condenados en el torneo de clubes de la región y, de concretarse su eliminación, sin aspiración alguna de poder llegar al Mundial de Clubes, objetivo planteado por la directiva a inicios de temporada.
El error que lo rompió todo
Inter Miami dominaba el encuentro y tenía a merced a Rayados de Monterrey, un equipo que se desdibujó sobre la cancha en la primera mitad y al cual se le vio incómodo e inoperante.
En menos de cinco minutos, David Ruiz se convirtió en el villano de la noche. Dos tarjetas amarillas y la subsecuente expulsión echaron por la borda el partido destacado que había hecho el Inter Miami hasta ese momento.
Con la inferioridad numérica en una zona de la cancha clave, el Inter Miami no logró soportar los embates del equipo mexicano y terminaron cediendo la pelota, la iniciativa al ataque y entregando el partido ante la mirada incrédula desde la banca de Lionel Messi, testigo fiel del desastre.
Un regalo inexplicable
Rayados es un equipo con mucho oficio e individualidades destacadas. No les puedes ceder la iniciativa y mucho menos regalarles opciones de gol, como lo hizo Nicolás Freire.
El exjugador de Pumas llegó al Inter Miami para darle solidez a la defensa y resultó todo lo contrario en este encuentro. A dos minutos del final, en su intento por salir con una pelota controlada, falló y le regaló la pelota a Jorge Rodríguez, quien, con tiempo y espacio, guardó la pelota en el ángulo superior derecho del arco defendido por Callender.
Falta de olfato goleador
Si alguien extrañó en demasía a Lionel Messi en estos primeros 45 minutos de la eliminatoria fue Luis Suárez, el referente en la delantera del Inter Miami.
‘Lucho’ lo intentó. Retuvo la pelota, generó ocasiones de peligro y disparó al arco contrario cuando tuvo oportunidades para hacerlo. Pero se sintió la falta de entendimiento entre él y sus compañeros.
Inter Miami pudo haber puesto a Rayados con dos goles en la espalda antes de terminar la primera mitad. Un escenario que hubiera cambiado la historia radicalmente.
Antes del silbatazo final, Luis intentó una pared con Julian Gressel que no le fue devuelta. Fue una jugada de asociación perfecta que, de habérsele entendido y respetado el esfuerzo, hubiera dejado al exgoleador del Barcelona frente al arco.
Sin embargo, Gressel prefirió la jugada individual. Sacó un disparo sin potencia y colocación ahogando un grito de gol que para muchos se sentía como seguro.
Ahora, el Inter Miami está obligado a hacer un partido redondo en los 45 minutos restantes de la eliminatoria. Tendrán que visitar la casa de Rayados de Monterrey necesitados de marcar al menos dos goles, una tarea que tiene tintes de imposible.